La diadema ósea está conformada por un aparato auditivo y un vibrador que estimula el oído interno por medio de la vibración ósea, éste debe de colocarse en el hueso mastoides que se encuentra detrás de la oreja. El aparato auditivo capta las señales acústicas por medio de un micrófono y convierte esta señal en vibraciones que son transmitidas a través del cráneo al oído interno por medio del vibrador. Cuenta también con un control de volumen y una pila del número 675, la cual tiene una duración de 15 a 20 días.
La diadema ósea es indicada para aquellas personas que sufren una pérdida auditiva de tipo conductiva, es decir, presentan una pérdida auditiva al realizar el estudio por vía aérea (con audífonos), pero sus umbrales son mejores o normales cuando se evalúa por vía ósea (vibrador óseo), lo cual indica la integridad del oído interno.
Esta pérdida auditiva se encuentra en pacientes que tienen infecciones de oído externo o medio recurrentes, oídos operados, tímpanos perforados, microtia o atresia (malformación de la oreja o del conducto auditivo), entre otras, y por lo tanto no pueden llevar un audífono de tipo curveta o hecho a la medida.