Pérdida de la audición en adultos mayores

Pérdida auditiva o sordera en adultos

Tiempo de lectura: 8 minutos

Más del 30% de adultos mayores padecen sordera. Aproximadamente una de cada tres personas de 65 a 74 años tiene algún nivel de pérdida auditiva, y casi la mitad de las personas mayores de 75 años tienen dificultad para oír.

La sordera o hipoacusia bilateral es uno de los problemas crónicos de salud que se presenta de forma más común. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, este padecimiento afecta a 360 millones de personas en el mundo, y cuando afecta a adultos mayores puede ser a causa de enfermedades, traumatismos, consumo de medicamentos o la exposición a ruidos muy intensos.

Se estima que más de mil millones de adultos jóvenes están en riesgo de sufrir la pérdida de audición de forma permanente debido a prácticas de audición poco seguras, como el uso de audífonos. Por ello, es importante saber que la mayoría de las causas de hipoacusia se pueden prevenir o tratar para evitar la pérdida de audición y la calidad de vida.

La sordera o hipoacusia es la pérdida auditiva en mayor o menor grado. Puede ser unilateral cuando se da la pérdida de audición en un oído, o bilateral cuando afecta a los dos. Cuando se habla de pérdida auditiva relacionada con la edad, se conoce como presbiacusia y se presenta poco a poco como parte del envejecimiento.

¿Cómo funciona el oído?

El oído es un órgano tan pequeño como complejo, ya que a través de él percibimos sonidos que pueden ser apenas audibles o muy fuertes. También nos ayuda a identificar la dirección de una fuente sonora, diferenciar el volumen, la distancia, las voces o melodías, y su función en el equilibrio del cuerpo es de suma importancia.

Esta capacidad para oír depende de la estructura del oído, de los nervios auditivos y del área del cerebro que se encarga de recibir e interpretar los sonidos. El oído consta de:

  • Oído externo. Es la parte visible del oído que también se llama pabellón auditivo y conducto auditivo. Las ondas sonoras viajan por el aire y son guiadas a través del pabellón hacia el tímpano, membrana circular y flexible que vibra cuando las ondas chocan en él.
  • Oído medio. Es el espacio separado del oído externo por el tímpano. Se encuentra lleno de aire y tiene tres huesos pequeños llamados martillo, yunque y estribo, y que forman un puente desde el tímpano hasta el oído interno y vibran como respuesta a los movimientos del tímpano, amplifican los sonidos y los conducen a través de la ventana oval.
  • Oído interno. También conocido como cóclea, tiene forma de concha de caracol y contiene secciones membranosas llenas de un líquido que se mueve cuando el sonido llega desde la ventana oval. Este movimiento estimula las células nerviosas que envían impulsos eléctricos al cerebro, donde se interpretan como sonidos.

 

Tipos de pérdida auditiva

La hipoacusia se clasifica con base en el grado de pérdida auditiva, el umbral en diferentes frecuencias y el lugar donde se presentó el daño. Es decir, es una clasificación cuantitativa, cualitativa y topográfica.

De acuerdo con la clasificación cualitativa, encontramos:

  • Sordera leve. Umbral de audición menor a 30 dB
  • Sordera moderada. Umbral de audición entre 30 y 50 dB
  • Sordera grave. Umbral de audición entre 50 y 80 dB
  • Sordera profunda. Umbral de audición entre 80 y 95 dB
  • Cofosis o anacusia (pérdida de audición total). Umbral de audición de más de 95 dB

De acuerdo con la clasificación topográfica, es decir, el lugar donde se presentó la lesión:

  • Hipoacusia de transmisión. Consiste en la afectación del aparato de transmisión de la energía sonora, es decir, del oído externo y medio.
  • Hipoacusia neurosensorial o de percepción. Es una lesión localizada en la parte interna del oído, es decir, la cóclea, las vías acústicas o el córtex cerebral auditivo.
  • Hipoacusia mixta. Es la combinación de ambas lesiones, en las que se ven afectadas varias estructuras del oído interno y externo.

Ahora bien, la clasificación de acuerdo con el momento en el que comienza es:

  • Sordera genética. También conocida como hereditaria, es un tipo de hipoacusia que se transmite por anomalías genéticas y que se caracteriza por afectar a los miembros de una familia, por lo que la pérdida de audición puede ser temprana, incluso desde el nacimiento.
  • Sordera adquirida. Puede ser causada por factores patogénicos, perinatales o postnatales.

 

Causas de la pérdida auditiva o sordera en adultos

La pérdida auditiva o hipoacusia que se genera por el paso de los años es variable de una persona a otra y depende de muchos factores como la exposición prolongada al ruido, infecciones recurrentes en el oído, mala alimentación, diabetes, entre otros.

Además, se puede deber a patrones genéticos que predisponen que una persona padezca sordera.

Las causas más comunes de la sordera o pérdida de audición en adultos son:

  • La presbiacusia (relacionada con el envejecimiento o la edad)
  • Exposición prolongada al ruido.
  • Ingesta de medicamentos ototóxicos
  • Infecciones constantes en el oído como otitis u otras.
  • Tabaquismo
  • Hipertensión
  • Diabetes
  • Traumas acústicos.
  • Problemas congénitos y genéticos

 

Síntomas de la pérdida de audición o sordera en adultos

La principal característica de este padecimiento es que es progresiva y simétrica a lo largo de los años. La sordera en adultos también puede ir acompañada de zumbido en el oído, vértigo y desequilibrio. Los síntomas de la pérdida de audición en adultos son múltiples y varían de persona a persona.

Por ejemplo, los adultos mayores con sordera relacionada con la edad suelen seguir razonablemente las conversaciones privadas en un lugar silencioso, pero tienen dificultades en ambientes sociales.

Uno de los principales síntomas es que los adultos con pérdida de audición pueden tener una hipersensibilidad a los sonidos altos, pueden quejarse de que los sonidos son muy altos cuando están en realidad a niveles que son fácilmente tolerados por personas con audición normal.

Factores de riesgo

  • Tapón de cerumen o cera en el oído
  • Traumatismo en el oído o la cabeza
  • La exposición a ruidos o sonidos fuertes, o una exposición prolongada
  • Consumo de medicamentos ototóxicos (que dañan al oído)
  • Uso de productos químicos ototóxicos en el ámbito laboral
  • Carencias nutricionales
  • Infecciones virales que afectan al oído, como las paperas
  • Antecedentes familiares de pérdida auditiva progresiva

 

¿Cómo detectar una posible pérdida auditiva?

Es común que las personas con problemas auditivos comenten “oigo bien, pero no entiendo lo que dicen”, “hábleme más fuerte”, o bien, “¿Por qué me hablan tan bajo?”.

Podemos identificar fácilmente un adulto con pérdida de audición observando las siguientes situaciones:

  • Pide constantemente que le repitan lo que le acaban de decir.
  • Sube demasiado el volumen de la radio o TV.
  • Se acerca mucho y voltea la cabeza hacia su interlocutor
  • Generalmente, queda aislado en reuniones sociales
  • Realiza un esfuerzo para poder oír y tiene dificultad en teatros, auditorios e iglesias.

Consecuencias de la pérdida de audición o sordera en adultos

  • Pena, irritabilidad y fatiga
  • Sentimientos depresivos y aislamiento
  • Problemas y posibles accidentes en el trabajo
  • Dificultades en relaciones interpersonales

Complicaciones

El problema de la pérdida auditiva en adultos o personas de la tercera edad es que genera un proceso de aislamiento y finalmente un deterioro importante de su estado de ánimo y de su calidad de vida en general.

La hipoacusia puede provocar dificultades en la comunicación, ya que las personas afectadas suelen malinterpretar lo que se les dice, o que les hablen más fuerte para que escuchen. Esta situación las lleva al aislamiento, a la inseguridad, la depresión y a otros problemas físicos como pérdida del equilibrio, acúfenos o la percepción de un zumbido o ruido que no está, dolores de cabeza y pérdida de las habilidades cognitivas por la falta de estímulos sonoros al cerebro.

Prevención

  • Evite la exposición a ruidos estridentes.
  • Use auriculares o audífonos grandes, que cubran toda su oreja y evite los pequeños que se insertan en el oído.
  • Controlar el nivel de volumen de los dispositivos electrónicos que usa.
  • No usar hisopos ni otros objetos para limpiar sus oídos.
  • Trate adecuadamente las infecciones, especialmente las que afectan a las glándulas salivales que se encuentran cerca del oído.
  • Seque sus oídos después de bañarse, nadar o mojarse en la lluvia.
  • Use tapones para oídos si practica natación.

 

¿Cuándo consultar con un médico?

Cuando un adulto mayor comienza a tener problemas de audición, es importante determinar si se puede deber a la edad y a otros padecimientos como la hipertensión arterial, colesterol o diabetes.

A partir de los 65 años, o antes si se tienen antecedentes familiares de hipoacusia, es recomendable acudir a un control preventivo con un especialista en audición para realizar una audiometría que permita evaluar su pérdida auditiva o alguna otra enfermedad.

Tratamiento de la sordera o pérdida auditiva en adultos

Existen varias alternativas para atenuar y compensar la sordera o pérdida auditiva, ya que no existe un tratamiento que cure completamente este padecimiento.

Lo importante de todo esto es aceptar que padece de algún problema de audición y acudir con un especialista en audición, quien le hará la mejor recomendación para su caso.

Aparatos auditivos para sordera en adultos

Los aparatos auditivos pueden mejorar significativamente la pérdida auditiva en la mayoría de los casos. La tecnología de estos aparatos ha permitido que los pacientes puedan disfrutar de una mejor calidad de vida, ya que, al imitar la función de la cóclea, la calidad del sonido de los aparatos auditivos digitales de última generación es casi idéntica a la de nuestro sistema auditivo.

Implante coclear

Es una de las alternativas menos frecuentes para tratar casos de pérdida de audición, sin embargo, son muy eficaces cuando el aparato auditivo no cumple con los requerimientos para cubrir el grado de este padecimiento. El implante coclear es un dispositivo pequeño que tiene dos partes; la externa es muy similar a los aparatos auditivos ya que tiene un micrófono receptor, un procesador de lenguaje y una antena para recibir el sonido, convertirlo en una señal eléctrica y enviarlo a la parte interna del implante.

La parte interna del implante coclear, como su nombre lo indica, se implanta mediante una cirugía dentro del hueso temporal que rodea al oído y recibe los sonidos para luego enviar una señal eléctrica al cerebro.

Los sistemas auditivos anclados al hueso o “osteointegrados”

Son implantes de titanio anclados en el hueso que mejoran la audición en casos de hipoacusia grave. Se coloca un implante quirúrgicamente en el hueso que transmite el sonido al oído mediante conducción directa y un procesador externo captura los sonidos y los transmite como vibraciones para que el implante interno envíe esas señales al cerebro y se perciban los sonidos.

Audífonos

Los audífonos, auxiliares o aparatos auditivos son dispositivos que captan los sonidos del ambiente, los amplifican y dirigen al oído para ayudar a las personas con pérdida auditiva. Actualmente existen muchos audífonos que se pueden ocultar con el cabello y se adaptan a la calidad de vida de las personas afectadas por la hipoacusia, ya sean niños o adultos con una vida activa.

Investigaciones recientes

La comunidad científica constantemente realiza investigaciones sobre las causas de la pérdida de audición en todas las edades, con especial énfasis en la presbiacusia para brindar soluciones más eficaces que ayuden a las personas a recuperar su audición. Implantes, aparatos auditivos, terapias de regeneración celular, así como la reeducación auditiva para ayudar a que las personas se adapten a su nuevo estilo de vida con el uso de un auxiliar.

Esperamos que esta información sobre la pérdida auditiva le sea de utilidad. Si usted sospecha que padece algún problema auditivo, contacte a nuestros especialistas en audición de Comaudi. Estamos seguros de que podemos ayudarlo.

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