Secuelas del covid: pérdida de audición

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La COVID-19 es una enfermedad que se relaciona con numerosos síntomas, complicaciones y secuelas posteriores, que conforman el síndrome post-coronavirus. Si bien aún se desconoce la totalidad de efectos secundarios, uno de los más duraderos es la pérdida auditiva en los pacientes que se recuperan del padecimiento.

Algunas infecciones virales que afectan al tracto respiratorio superior provocan una patología llamada hipoacusia bilateral, que se desencadena debido a los fenómenos inflamatorios a nivel de la cóclea o del nervio auditivo, debido a la congestión de las membranas mucosas, y la acumulación de líquido detrás de los tímpanos. A menudo, este síntoma se cura por sí solo cuando la infección remite.

Sin embargo, un estudio liderado por las asociaciones británica y estadounidense de Tinnitus, realizado a más de tres mil pacientes de COVID-19 de 48 países, reveló que el 40% experimentaron cambios en su audición: pitidos o zumbidos en los oídos (Tinnitus), disminución de su capacidad auditiva, o bien, un incremento del daño que ya sufrían, por ejemplo pacientes que comenzaron a experimentar sordera con Tinnitus fuerte.

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Las investigaciones han señalado que el daño a las células ciliadas cocleares (que procesan las vibraciones sonoras) son ocasionados por la falta de oxígeno y la trombosis, dos complicaciones reportadas en pacientes hospitalizados por COVID-19.

Actualmente, se sabe que los coronavirus pueden dañar los nervios que transmiten y reciben información del cerebro, por lo que la COVID-19 podría provocar neuropatía auditiva: un problema del oído en que la cóclea funciona, pero se presenta una alteración en la transmisión a través del nervio auditivo al cerebro, lo que dificulta que el paciente escuche adecuadamente con ruido de fondo.

Además de las secuelas de la COVID-19, otros factores relacionados pueden afectar a la audición como el estrés, ansiedad, insomnio, reducción del suministro de oxígeno a los oídos y el uso de algunos antivirales.

Aún se necesita realizar más investigaciones para determinar cómo es que el virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, afecta al oído. Mientras tanto, la recomendación para los pacientes recuperados es que se realicen estudios de seguimiento; la audiometría podrá ayudar a descubrir si se presentó una disminución de la capacidad auditiva y si se requiere el uso de aparatos auditivos antes de que el daño progrese y afecte la calidad de vida.

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