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Actualmente, se estima que en México hay 4 mil 750 casos de niños con pérdida auditiva total; al año, en Querétaro, nacen 43 infantes con esta situación.
Cualquier pretexto es bueno para contarles historias a los niños. Narrarles la vida los estimulará a que generen y adquieran un amplio vocabulario e incluso, a aquellos que tienen hipoacusia bilateral, hablarles constantemente, les ayudará a que se desarrollen normalmente.
Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que los padres que le hablan a sus hijos durante una hora dos mil 100 palabras, pueden llegar al kínder con un año y medio de lenguaje más arriba que en comparación con padres (generalmente de clase baja) que solo les hablan 600 palabras a sus niños.
Precisamente, este hecho es una de las bases del instituto Oigo para estimular el desarrollo auditivo de pequeños que tienen pérdida del sentido del oído. Entrenando y orientando a los padres a que, hablándoles a sus hijos constantemente, leyéndoles libros y jugando con ellos se pueden lograr avances notorios en su expresión verbal.
“Esta metodología ha tenido un gran impacto en Estados Unidos y Canadá, y el punto clave es que los padres sean el foco primordial para el trabajo afuera de las terapias y se dé, de esta manera, la rehabilitación en casa.
“Los padres que tienen hijos con pérdidas auditivas les hablan mucho menos a sus hijos por el impacto del diagnóstico. La Terapia Auditivo Verbal tiene ese plus; nosotros hacemos que los padres se empoderen, es decir, que de ellos depende la responsabilidad para la recuperación de los hijos”, comentó Dave Sindrey, director de programas educativos de Oigo, certificado como terapeuta auditivo a nivel internacional desde 1996.
Según datos proporcionados por el especialista, dos o tres niños por cada mil tienen una pérdida auditiva congénita. En México se estima que actualmente hay 4 mil 750 casos, mientras que en Querétaro se calcula que nacen al año 43 infantes con esta situación.
OIGO y la Terapia Auditivo Verbal
La Terapia Auditivo Verbal es un método avalado a nivel internacional y en México solo existen tres terapeutas certificados, uno de ellos es Dave Sindrey, director en la clínica Oigo en Querétaro; los otros dos radican en la capital del país.
El objetivo es que, con esta terapia, niños con pérdidas auditivas profundas -que no escuchan nada-, a partir de tener una identificación temprana e implantes cocleares, puedan tener habla y lenguaje dentro de los límites normales.
Esta metodología consiste en que los padres apliquen actividades de la vida cotidiana para que ellos se sientan fuertes y que durante todos los días se haga esa estimulación al niño en las actividades cotidianas, como la hora del baño, poner la mesa, a la hora de cambiarlo de ropa y todo el lenguaje que implica estas actividades. Así, Oigo les prestan el material durante la semana y les enseñan cómo usarlo.
Oigo diseña las actividades, según el caso y las necesidades, y crean estrategias específicas que pueden consultarlas en un página de internet disponible todo el tiempo que requieran.
El tratamiento dura dependiendo de cuánto tarde el niño en alcanzar a sus pares, pero según lo que dicta la metodología es de cuatro a cinco años.
“Nosotros esperamos que después de dos años de estar inmersos en este tratamiento, los padres apliquen las estrategias que hemos estados enseñando y los niños vengan una vez cada 15 días, e ya no venga tan frecuentemente. Cuando el niño ya está en los límites normales para su edad, incluso con sus pares ya puede ser dado de alta, de no ser así, se trabaja directamente con el niño y más específico”.
Actualmente, en Oigo atienden a 30 niños presencialmente y, además, ofrecen el servicio en línea, apoyando ahora a siete familias provenientes de España y algunos del norte del país.
Fuente de info: AM Querétaro, Nota informativa, 28 de mayo de 2013.
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